La medida generó polémica, en realidad se trata de un
cambio a la ley que se aprobó desde el año pasado para establecer un piso
parejo entre todas las empresas tecnológicas que operan en el país
La medida es impopular, pero justa. En medio de la
cuarentena, Netflix anunció el incremento a sus tarifas en México por el llamado impuesto digital provocando el
descontento de millones de suscriptores, pues la plataforma de streaming se
convirtió en una de las principales fuentes de entretenimiento durante “El Gran
Confinamiento”.
El 1 de junio entrará en vigor el alza de 16 por ciento
al Impuesto al Valor Agregado (IVA), que se aplicará también a otros servicios
como PlayStation, Spotify, y Mercado Libre. En el caso de Uber, Amazon Prime y
Apple TV no se trasladará el gravamen, ya que los usuarios ya lo pagan o en
todo caso a sus socios se les cobrará.
La disposición llega en un momento complicado para la
situación financiera de millones de mexicanos, ya que el Covid-19 generó una
ola masiva de despidos y de reducción de sueldos, entonces por mínimo que sea
el incremento desestabilizará su bolsillo.
El impuesto digital tiene dos motivaciones: aumentar la
recaudación tributaria del Gobierno federal y establecer un piso parejo entre
las empresas nacionales y extranjeras
Sin embargo, no se trata de una medida nueva o
improvisada por el Servicio de Administración Tributaria (SAT), esta tiene su
origen desde el año pasado, cuando el Senado aprobó una serie de cambios en las
reglas de las empresas tecnológicas que operan en territorio nacional.
A finales de octubre de 2019 concluyó el proceso
legislativo que reformó las disposiciones del Código Fiscal de la Federación y
de las leyes del Impuesto Sobre la Renta (ISR), la del IVA y la del Impuesto
Especial sobre Producción y Servicios (IEPS).
A pesar de que la publicación en el Diario Oficial de la
Federación se informó en una primera instancia que entraría en vigor a partir
del 1 de enero de este año, las plataformas digitales consiguieron una prórroga
de seis meses, por ello este gravamen iniciará su vigencia a partir de junio.
El llamado impuesto digital tiene dos motivaciones: aumentar
la recaudación tributaria del Gobierno federal y establecer un piso parejo
entre las empresas nacionales y extranjeras.
En la actualidad, los ingresos tributarios representan el
16 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, es decir que México es
las nación con el menor porcentaje dentro del bloque de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Desde hace años, el país es campo fértil para las
multinacionales, pues, al igual que en otros, eluden sus compromisos fiscales
generando un quebranto a las finanzas públicas.
Se estima que las pérdidas anuales por este tipo de
acciones superan los 500 mil millones de dólares anuales, de acuerdo con cifras
de Tax Justice Network. En los países que conforman la OCDE la evasión se ubica
entre 100 mil y hasta 240 mil millones de dólares al año.
Al mirar hacia México, la cifra individual es alarmante,
sobre todo por el número de empresas de este tamaño que operan en el país.
Durante 2015, el SAT informó que dejó de recibir impuestos por más de 197 mil
millones de pesos por parte de los gigantes tecnológicos.
Iván Benumea Gómez, coordinador del Programa de Justicia Fiscal de Fundar, considera que dentro de toda esta discusión lo que se debe recordar es que este tipo de empresas se registran en países donde pagan pocos impuestos como parte de su estrategia fiscal, pero esto genera un daño importante para los países donde operan.