Un chatbot es un programa informático con el que es
posible mantener una conversación, tanto si queremos pedirle algún tipo de
información o que lleve a cabo una acción.
Un ejemplo. Hoy en día si uno quiere comprarse unos
zapatos a través de Asos tiene que acceder a su web, encontrar lo que busca y
comprarlo. Pero, ¿y si Asos tuviera un bot? Solo sería necesario escribirle un
mensaje a la marca a través de Facebook y decirle qué queremos. E incluso si
tuviéramos dudas acerca de las medidas de las tallas podríamos consultarle en un
momento nuestro problema.
Una de las grandes ventajas de los chatbots es que, a
diferencia de las aplicaciones, no se descargan, no es necesario actualizarlos
y no ocupan espacio en la memoria del teléfono. Otra es que podemos tener
integrados varios bots en un mismo chat. De esta forma nos evitaríamos estar
saltando de una app a otra según lo que necesitemos en cada momento. ¿Las
principales consecuencias? Experiencias de usuario más agradables e
interacciones con el servicio de atención al cliente más rápidas y sencillas.
¿Cómo funcionan?
Los chatbots incorporan sistemas de inteligencia
artificial. Por tanto, tienen la posibilidad de aprender sobre nuestros gustos
y preferencias con el paso del tiempo. Siri o Cortana, por ejemplo, funcionan a
gracias a este sistema (aunque todavía presentan un gran margen de mejora).
Otros lugares en los que han estado en funcionamiento en los últimos años ha
sido en chats como Facebook Messenger o en aplicaciones de mensajería
instantánea como Telegram o Slack. En estas últimas los chatbots estaban
incorporados como si fueran un contacto más.